viernes, 23 de marzo de 2012

Carta actual...

Sí, lo hice mal.
En realidad, lo hice muy mal.
Podría darte mil excusas sobre lo loca y caprichosa que es la gente a esas edades, y echarle la culpa a mi juventud, pero no serían más que excusas. La cagué y ya van más de 3 veces... no menos de 10... Sin embargo aquí estoy... y me apetece contartelo, como me apetece contarte las noches que te he extrañado.
¿Cuántas veces te he echado la culpa de todo lo que pasaba? bien, supongo que las recordarás. Cada una de esas veces sabía que la única culpable era yo, mas mi orgullo y mis ganas por ser perfecta me impedían reconocerlo. Es más, me impedían hasta aceptarlo. Pero, me apetece dar un acto de sinceridad. Sí, así por que sí, ya sabes como soy, y conoces mis impulsos. Pues bien, este es uno de ellos. Podría quedarme callada, es más, me sentiría hasta superior por ello, pero para que fingir... Me cuesta mirar atrás, y pretendo hacer mi vida según voy pasando por ella y, ¿sabes una cosa? Normalmente es lo que hago. Sin embargo, tú eres la única persona que si volvieras, mínimamente a dirigirme la palabra, yo te acogería con los brazos abiertos.No me preguntes por que, soy así de rara, ya lo sabes.
Ahora me ha dado por acordarme de tí, fijate. Por eso te escribo. Debe haber sido porque he escuchado aquella canción por el balcón del vecino... Qué cabrón, jodiendo hasta sin pretenderlo. En fin, sólo quería entretenerme un rato, y entretenerte a tí, si se te ocurre pasarte por aquí y pararte a leerlo. Ya sé que no soy digna de ello. Porque lo sé. Soy digna de todo menos de tí. Es lo que tiene ser la única persona que le da mil vueltas a una persona como yo. Enhorabuena!
Es curioso todo lo que he escrito ya... todas las vueltas que le estoy dando... Es curioso lo que me cuesta soltar un simple perdón... Y es lo único que pensbaa poner, pero, ya sabes, al final me he liado y.. si es que siempre me lias! que manía tienes!
Hablando bien, quiero que me perdones. No, no quiero, necesito que me perdones. Yo no he podido hacerlo. No he podido perdonarme nada de todo aquello, y acabo de darme cuenta. Igual es por eso por lo que no me permito nunca mirar hacia atrás. Sé que quieres, porque me lo has comentado en más de una ocasión, pero no puedes. A mi me pasa un poco de lo mismo. Por eso te entiendo, sino ya te hubiese mandado a freir monas, como comprenderás.
En fin, todo un texto para decirte que, cuando puedas hacerlo, yo voy a estar aquí. Mas que nada por que no me gustan los sacos rotos, ya me entiendes. Te dejo, tengo mil cosas por hacer. En otro momento te contaré más cosas que no me atrevo a decir, más que nada por vergüenza, piensa que yo tengo una reputación que mantener...

PD: Te querré en todos los versos que no quieran tus pupilas.

jueves, 1 de marzo de 2012

Te querré en todos los versos que no quieran tus pupilas.. Parte 2

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Todo comenzó un rutinario día de otoño. Ella, acostumbrada a tener a alguien siempre detrás, no hallaba felicidad ninguna en sus momentos de soledad. No apreciaba la compañía de sus amigos, de su familia.. Siempre debía tener a un hombre a su merced, e incluso a pesar de no quererlo. Vivía en dependencia de lo único que le garantizaba su inteligencia, su gracia y su belleza. Lo único que la hacía ver que valía millones. Enamorar a alguien significaba todo aquello. Hasta ese día, y a pesar de esta dependencia, ella no había llegado a enamorarse. Y os preguntareis, ¿Qué pasó ese día? Ese día, ella conoció al único chico que no respondía a sus espectativas. Él era diferente. No se rendía ante nada. No agobiaba, mas bien dejaba que ella pusiera de su parte para asegurarse de que ella pensaba y sentía de igual modo. Todo esto la confundía.
Podía pasar días enteros hablando con él sin cansarse, puesto que había algo que la atraía. No sabía el qué, pero no podía perder ese interés que la llevó hacia él. Pasaba días enteros pensando en volver a ver su sonrisa. Una sonrisa como otra cualquiera, pero para ella, en ese momento, era la más bonita del mundo.