jueves, 1 de marzo de 2012

Te querré en todos los versos que no quieran tus pupilas.. Parte 2

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Todo comenzó un rutinario día de otoño. Ella, acostumbrada a tener a alguien siempre detrás, no hallaba felicidad ninguna en sus momentos de soledad. No apreciaba la compañía de sus amigos, de su familia.. Siempre debía tener a un hombre a su merced, e incluso a pesar de no quererlo. Vivía en dependencia de lo único que le garantizaba su inteligencia, su gracia y su belleza. Lo único que la hacía ver que valía millones. Enamorar a alguien significaba todo aquello. Hasta ese día, y a pesar de esta dependencia, ella no había llegado a enamorarse. Y os preguntareis, ¿Qué pasó ese día? Ese día, ella conoció al único chico que no respondía a sus espectativas. Él era diferente. No se rendía ante nada. No agobiaba, mas bien dejaba que ella pusiera de su parte para asegurarse de que ella pensaba y sentía de igual modo. Todo esto la confundía.
Podía pasar días enteros hablando con él sin cansarse, puesto que había algo que la atraía. No sabía el qué, pero no podía perder ese interés que la llevó hacia él. Pasaba días enteros pensando en volver a ver su sonrisa. Una sonrisa como otra cualquiera, pero para ella, en ese momento, era la más bonita del mundo.

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