lunes, 23 de abril de 2012

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No es que no valgas para amar. Tampoco es que seas tan poco partícipe de la bondad, que seas incapaz de respetar a esa persona que tanto te quiere. No eres el egoismo hecho hombre, no es esto.
El problema reside en que llevas toda una vida de caprichos concedidos, de problemas resueltos y de besos regalados. En que cada vez que buscas labios nuevos, los consigues. En que cada vez que sale a la venta un nuevo modelo de movil, te lo compras. No das apenas tiempo a ilusionarte. Que yo recuerde, lo hiciste una vez y la tontería duró casi 3 años. ¿Es que no lo ves? No dejas a tu pareja, pero tampoco renuncias a los demás. Entonces te preguntas por qué no puedes quererlo, y por qué te puede el ansia de más. Te ves la peor persona del mundo, pues esa persona sufre al verte así, pero sigues haciendolo.
Yo creo en el perdón, en el perdón de corazón. En ese que expresas mientras algo en tí te hace creerlo oportuno. Al igual que en perdón, creo en el amor. Pero no el amor de hoy, sino el de verdad. No el de "te quiero" por tenerte, sino el "te quiero" porque seas feliz. El dar tu vida por la otra persona, y no cansarte nunca de mirarlo. Entonces, te darás cuenta de que, si antes hacías todo eso, era porque esa persona no era la adecuada. Simplemente eso.

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